Si delinquimos muchos, nos vamos de rositas.

La noticia saltaba hace dos semanas. Centenares personas se agrupaban en la zona de Pinar Grande, en una macro acampada. Si nos ponemos en situación y recordamos que la acampada libre está prohibida y que se no tenían los permisos necesarios para organizar una rave, pues la cosa parecía fácil, ¿no?. No se les permite estar ahí y se les echa.

Al final se congregaron en el lugar unas 3.000 personas, que a ritmo de música electrónica, sustancias estupefacientes y alcohol bailaban como zombies, según han relatado personas que se acercaron a verles.

Personas que se acercaron para poder ver en situ que era aquel ruido que durante unos días no les permitía dormir, pues si la música se llegaba a oír desde el punto de nieve de Santa Inés, ¿cómo sonaría en las cercanas localidades de Molinos, Vinuesa, etc?

Bueno, si están infringiendo las leyes, se les echará... Pues no. Se les permitió estar, permanecer de forma ilegal, a sabiendas de que se estaba cometiendo un (varios) delito. ¿El motivo? que eran muchos, y no se les podía desalojar.

Cierto es que desalojar cerca de 3.000 personas de una zona arbolada no debe ser fácil para los cuerpos de seguridad, pero el error de las adminsitraciones (de la Subdelegación del Gobierno) fue el no proceder a su desalojo en los primeros momentos en que se tuvo conocimiento de la afluencia de gente, en que el número era mucho menor de esas 3.000.

Aquí lo que se critica no es el echo de la acampada-ilegal (ya criticable por ella misma y todo lo que se movía dentro de ella), sino la forma de actuar de las administraciónes. Atrévete tú a montar una tienda de campaña a modo de refugio mientras ves con tus hijos la lluvia de estrellas (multa al canto), o vete con tus amigos a preparar unas chuletillas al campo a los merenderos habilitados (multa al canto), por poner sólo dos ejemplos. Como sois pocos, pues me atrevo y multa... ¡qué bien cumplo con mi deber!

Se nos mide con distinto rasero, quizás por ineptitud de los que nos representan en las instituciones, pero lo que no se puede permitir es que esta gente que ya ha realizado el delito, que lo ha estado cometiendo delante de las narices de la Guardia Civil, es que se vayan de rositas, aunque ya lo avisaban desde el principio, "va a ser muy complicado encontrar a los organizadores".

Ya nos dejaban bien clarito que no se van a molestar en hacer su trabajo: se han ido y nos lavamos todos las manos y aquí no ha pasado nada. Pues nada, la próxima que queramos irnos a dormir y pasar unos días y no pagar al camping, o a los establecimientos, lo mejor es quedar con gran número de amigos y acampar donde nos de la gana, que nadie nos va ha decir nada (por lo menos aquí en Soria).